Tras los romeros,
la luna danza sola,
con un lucero.
Y clandestinos,
la miran los cipreses
desde el camino.
Cerca del rio,
las varas de los juncos,
tiemblan de frio.
Luna, Lunera,
el viento va soñando,
que luz tuviera.
Esos rayitos,
de la luz que desprenden,
los luceritos.
AFRICANUS PELIGROSUS
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