martes, 16 de diciembre de 2008

Ausencia



A la hora incierta de la penumbra,

donde aún duerme la luna y el Sol no alumbra;

van naciendo las notas de esta elegía,

suspiros del suspiro de mi agonía.

Ay ¡ sombra de las sombras, mi sentimiento,

Que grita en las entrañas como un mal viento.

Me muero en el dolor de tu lejanía.

Se han muerto los jilgueros de la alegría.

Se han quebrado las alas de mi fortuna,

y esta pena me envuelve como ninguna.

A la hora incierta de la penumbra,

donde aún vive el día, y el sol no alumbra;

va muriendo mi alma en esta condena,

se han teñido de rojo las azucenas.

Un lucero se apaga con mi fortuna,

se ha vestido de luto la misma luna.



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