lunes, 15 de diciembre de 2008

Entre las dunas




Ahora, que esta paz de la noche,

ha plagado los cielos de estrellas,

en esta deseada soledad,

el silencio se vuelve susurros.

Dicen:

hasta aquí llegan los hombres

musitando sus penas,

y al ver la inmensidad,

de este rojo fulgor,

humillan su alma ante el destino.

En mitad de un silencio,

donde yo…

miro al cielo,

y la luna se ríe de mí.

Con su turca mirada.

Con su blanca sonrisa.

Y de nuevo silencio,

un silencio que invoca sentimientos,

atrapados en el cristal de una lágrima.

Ya no soy nada,

nada…

Tan solo una brizna de dolor,

perdida entre las dunas del Sahara.

2 comentarios:

Terpsicore dijo...

Y qué grande es el desierto, que inmensidad de arena y qué pequeñito se ve si hacemos una fotografía desde un satélite.
No eres una brizna de dolor perdida entre las dunas del Sahara, eres esa pequeñita mota de polvo que se mete en el ojo y que crees que es tan grande, que no paras de pensar en ella.
Cuando entras, entras con fuerza, con ganas de tener tu sitio y no es tan fácil deshacerse de ti, Africanus, dejas huella.
Gracias por ser y estar.
P.D. No te he llamado incordio..:-P todo lo contrario, te he llamado huella.
(K)

Sintagma in Blue dijo...

Briznas somos que mece el viento...


(la pura y casta también era yo, que estoy muuuuuuuy torpona)