Me canse de jugarme siempre el tipo,
de apagarle a mi alma las estrellas,
de vivir de la muerte un anticipo,
por no saborear las cosas bellas.
Por eso si llorar un día pudiera,
y el alma me brillara cristalina,
quien sabe si la lluvia yo no fuera,
que limpia cuando llega clandestina.
A veces me refugio entre deshechos,
que ocultan la verdad de mi camino;
“palabras que no apoyas con los hechos,
son un palo de ciego a tu destino”.
Por eso si llorar un día pudiera,
y el alma me brillara cristalina,
quien sabe si la lluvia yo no fuera,
que limpia cuando llega clandestina.
Me canse de jugarme la alegría,
me canse de negarme cosas bellas,
y al alma le regalo cada día,
un orbe de colores y de estrellas.
AFRICANUS PELIGROSUS
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